En los primeros días de una startup, todo el mundo miente.

Nos mentimos unos a otros.
Mentimos a los inversores.
Mentimos a los clientes.
Nos mentimos a nosotros mismos.

Las mentiras que decimos pueden ser benignas o perjudiciales, pero en cualquier caso son mentiras, y la única forma de evitarlas es contrastarlas con la realidad. Hablar con los clientes es problemático porque te obliga a evaluar tus mentiras. La buena noticia es que no tiene por qué ser tan difícil. Una vez que desarrolles algunas habilidades básicas para hablar con los clientes, empezarás a obtener la información que necesitas sin tener que inventarte cosas o adivinarlas o confiar en las mentiras de otras personas.

En las semanas previas al lanzamiento, teníamos listas de personas que conocíamos de proyectos anteriores, que habían visitado nuestra web o a las que habíamos enviado correos electrónicos. Habíamos publicado en foros y en Twitter y pensábamos que estábamos haciendo todo lo posible para averiguar si nuestra idea era buena.
Supimos que algo iba mal cuando ni una sola persona respondió a nuestros correos electrónicos o tweets. Nadie abrió el comunicado de prensa que enviamos y nadie entró en el sitio. No tenía sentido. Habíamos pasado meses escribiendo código y preparándonos para el lanzamiento.

Todo parecía perfecto. ¿Por qué cualquier persona que visite ¿el sitio?

Mi cofundador y yo nos negamos a aceptarlo y fingimos que no pasaba nada. Nos decíamos a nosotros mismos: "Todo irá bien cuando la gente empiece a usarlo y se lo cuente a sus amigos, y entonces todo el mundo querrá usarlo porque es increíble". Teníamos miedo de que si admitíamos que nuestro negocio estaba fracasando, nadie volvería a creer en nosotros. Teníamos miedo de que si cambiábamos de dirección, nadie volvería a invertir en nosotros.

Hablar con los clientes es la mejor manera de validar una idea.

No importa con cuántos clientes potenciales hables, y siempre obtendrás una historia imparcial.
El problema es que puede ser difícil escuchar lo que dicen porque todo el mundo miente. Si eres empresario, tu madre te mentirá. Si es amigo del empresario, su madre le mentirá. Si trabajan por cuenta ajena, su jefe les mentirá, y todo el mundo a su alrededor también mentirá. He aquí por qué:

1. Todo el mundo quiere que tengas éxito: Cuanto más éxito tiene un empresario (o cualquier propietario de un negocio), más gente quiere que esa persona tenga éxito.
2. Todos queremos que nuestros amigos y familiares sean felices, lo que significa que les decimos lo que creemos que quieren oír.
3. Queremos que crean en sí mismos y no queremos que fracasen. Por eso tenemos miedo de empeorar las cosas si decimos la verdad, así que les contamos mentirijillas piadosas.
4. Nadie quiere que le echen la culpa de su fracaso: Esto va unido al primer punto, pero es aún más importante. Si fracasas, no solo sufres tú.

Si usted hable a clientes, tú obtener buenas ideas. Si consigues buenas fotos, tu negocio tendrá más éxito. Si tu negocio tiene más éxito, tendrás acceso a mejores recursos y a personas con más talento. Si consigues acceder a mejores ayudas y a gente con más talento, tu negocio tiene más éxito. Y así sucesivamente. Este es el círculo virtuoso de hablar con los clientes. Así es como se mejora en lo que se hace. Así se construye un negocio en el que merece la pena invertir. Es la única manera de descubrir si tu idea de negocio es buena, porque todo el mundo te miente sobre sus verdaderas motivaciones, que están envueltas en racionalizaciones. No lo digo por maldad. Todo el mundo racionaliza el trabajo porque es un trabajo duro.

Supongamos que estás luchando con tu historia de éxito y te inspiras en esta historia. No dudes en ponerte en contacto con nosotros. Estamos aquí para ayudar.